Tres forasters de Madrid

Tres forasters de Madrid
Comedia bilingüe en dos actos original y en verso de D. Eduardo Escalante
Eduard Escalante i Mateu
(1876)

GALERIA TEATRAL
FUNDADA EN VALENCIA
POR LA
SOCIEDAD DE AUTORES DRAMÁTICOS

Colección de las mejores obras escritas tanto en castellano como
en dialecto del pais.
TRES FORASTERS DE MADRID.

Comedia bilingüe en dos actos
ORIGINAL Y EN VERSO
DE
D. EDUARDO ESCALANTE


VALENCIA 1876.

JUAN MARIANA Y SANZ, EDITOR,

LIBRERO DE LA UNIVERSIDAD Y AYUNTAMIENTO.

BAJADA DE S. FRANCISCO,
núm. 11.

LONJA DE LA SEDA,

núm. 7.












TRES FORASTERS DE MADRID.






OBRAS DEL MISMO AUTOR.


DEU, DÉNAU Y NORANTA.
LA CASA DE MECA. (Segunda parte del DÉU, DÉNAU Y NORANTA.)
LA SASTRESETA.
¡QUE NO SERÁ! (Zarzuela.)
RAQUEL. (Drama en cuatro actos, original y en verso.)
ANGELITO (Zarzuela, en colaboracion de D. F. R.)
ARDIDES DE BENITO. (Arreglo del francés.)
UN GRAPAET Y PROU.
LA PROSESÓ PER MA CASA.
EL BOU Y LA MULA Y EL ANCHEL BOBO.
BUFAR EN CALDO CHELAT.
EN UNA HORCHATERIA VALENSIANA.
UNA NIT EN LA GLORIETA.
LA FALLA DE SEN CHUSEP.
EL TROVADOR EN UN PORCHE.
A LA VORA D'UN SEQUIOL.
LA SENSERRA DEL MERCAT.
LA CHALA.
EL REY DE LES CRIAILLES.
BARRACA EN LO CABAÑAL.
UN TORERO D'ESTOPA.
CHERONI Y RITETA.
EL TIO CAVILA. (Comedia en dos actos.)
¡FUCHINT DE LES BOMBES! (En colaboracion de D.J.B. y D.J.O.)
EL JUDIO ERRANTE. (Drama en seis cuadros, arreglado del francés.)
LOS BUSCADORES DE ORO. (Drama en seis cuadros arreglado del francés.)
¡ACUÉRDATE! (Pieza arreglada del francés.)
¡BOLÓT DE OROS Y MÁ!
LA ESCALETA DEL DIMONI.
LA MOMA.
¡ALS LLADRES! (Zarzuela, música de D. B. Monfort
UNA SOGRA DE CASTAÑOLA. (Comedia en dos actos.)
ENDEVINA ENDEVINALLA ó EL TIO PERICO.
MENTIROLA Y EL TIO LEPA.
TRES FORASTERS DE MADRID. (Comedia en dos actos.)
LES CHIQUES DEL ENTRESUELO.

VALENCIA,1876: Imp. de Juan Guix, Cavanilles, 3.

TRES FORASTERS DE MADRID.

Comedia bilingüe en dos actos,


ORIGINAL Y EN VERSO

DE

D. EDUARDO ESCALANTE




Representada por primera vez con estraordinario éxito

en el teatro de la Princesa, en el beneficio de la actriz
DOÑA AMALIA MONDEJAR,
la noche del 29 de Enero

de 1876.








VALENCIA 1876.

Librerías de Juan Mariana y Sanz, Editor,
librero de la Universidad y Ayuntamiento.

Bajada de S. Francisco,
núm. 11.

Lonja de la Seda,
núm. 7.






REPARTO.

 PERSONAJES.

BALTASARA
SUNSION
DOÑA PRISCA
CORINA
CHESINTO
CARMELITO
EL TIO DONÍS
LA-POMERA
D. TORCUATO

 ACTORES.

Da. Amalia Mondejar.
" Loreto Bru.
" Dolores Sanchez.
" Elvira Selma.
D. José Contreras.
" Manuel Llorens.
" Vicente Sanchez.
" Enrique Costa.
" José García


  Dos mozos de cordel, un aguador, --no hablan.


 La propiedad de esta obra pertenece á su autor, y nadie
podrá representarla sin su correspondiente permiso.
 La propiedad editorial pertenece á D. Juan Mariana y
Sanz, único y esclusivo dueño de la venta é impresion de
los ejemplares.
 Queda hecho el depósito que marca la ley.








AL INGENIOSO ESCRITOR

Y
aplaudido autor dramático,

D. MANUEL MATOSES,


Devuelve su cariñoso recuerdo su verdadero amigo,

 E. ESCALANTE.






ACTO PRIMERO.



 Interior de una habitacion modestamente amueblada: puerta al foro: dos á la izquierda, otra á la derecha, y á este lado, en primer término, un balcon. A la derecha de este una mesa y recado de escribir y encima un tocador; á la izquierda otra y encima un armario pequeño.






ESCENA I.


Chesinto y Baltasara, que aparece por el foro.'
'

Ches. Baltasara, ¿tú baixares

á dirli al siñor Donís
y á Sunsion, que huí nosatros
selebrem el sant del chic,
anántsen esta esprá al Grau
á verenar?

Balt.   Ya baixí.
Ches. ¡Saps que'el só Donís prospera

moltísim!

Balt.  Vachen uns mils...
Ches. ¿Te creus qu'en la drapería

guaña póc? Despues li ha ixit
el loto dos ó tres voltes,
y lo sert y positiu
es, que ya te una caseta
en lo carrer de Conills
que li renta sis pesetes.

Casántse en Sunsion mon fill,

huí ó demá falta l'agüelo,
y queden ben establits.

Balt. Ma tu quin establiment.
Ches. Meu que fora, pues ya estic

mes fart d'apañar rellonches...

Balt. ¿Y tú ya veus á eixos chics

casats?

Ches.  El ivern que vé,

si Deu vol.

Balt.  Pronte hu has dit.
Ches. Ya sé qu'en los tres de plata

que guaña el nostre, cosint
en casa el guarnisioner...

Balt. Veches de tráurel d'allí

y donarli una carrera,
éll no ha naixcut pea cosir
colleres.

Ches.  Guarnisioner

y albarder es molt distint.

Balt. No vech tanta diferensia...
Ches. El cas es que lo presís

pea l'aparament de casa
no podria ferse el chic,
si no fora perque yo
pul en pul, allí li tinc
en l'armariet replegats
mil realets. El meu desich
es qu'es casen. Pareix broma,
y una renteta de sis
ó set pesetes diaries
fá goch.

Balt.  ¿Y vols á ton fill

casarlo en una drapera?
Qué pensaments tan mesquins!

Ches. Es éll algun potentat?
Balt. No: mas tiene un porvenir.

Tú no t'has fijat, ¡si veres
els versos que m'ha llechit
trets per éll! y sobre todo:
basta y sobra con desir
que tu hijo, al fin es hijo
de una persona sivil,
pues tú has sido secretario
de Rafel-Buñol.

Ches.  Lo fui,

pero al present...

Balt.  Tornarás

á sero: esperant estic

qu'em conteste doña Prisca.
Ches. Tú fiat.
Balt.  Cuant en Madrid

Carmelo y yo la tratarem,
en tot me se va oferir.
Lo que ella me vol! tú saps
que yo allá la coneguí
en casa el primo, ahon venia
de visita moltes nits.

Ches. Digues, ¿quina posisió

es la seua?

Balt.  A son marit

li habien llevat entonses
un gran empleo, mes huí
no sé... ¿Pero has vist qué cartes
tan cariñoses me'scriu?
May olvida: «Mis afectos
para el señor de Ferrís.»
Qu'eres tú, te posa de...

Ches. Haurá sabut qu'estiguí

de secretari...

Balt.  Y Corina?

y don Torcuato? qué fins!
¡pues ells tenen unes ganes
de conéixerte! Este estiu
van á Fransia, que si no,
ya els eu habia yo escrit:
«Vengan á Valensia, en casa
pueden parar...»

Ches.  T'advertixc

que no tornes á oferirlos
ni siquiera per cumplit...
Pues no faltaba atra cosa.

Balt. En quí has de alternar, Ferrís?
Ches. Chica, chica, mes tornant

al verenaret de huí.
Me s'entoixa qu'en tartana
anirem enforfoguits,
pues dos asientos de baix
y tres nosotros, son sinc...
(A sou, quinse cuens) si anarem
á peuet...

Balt.  ¡Cuánt gorromí

t'ha fet Deu!

Ches.  No es per lo gasto...
Balt. Yo poc m'ha de divertir.

Eu, y á Carmelito em pense
que tampoc li seduix...

Ches. ¡Ara que ya está l'arreglo

apunt! á bon hora ó dius!


ESCENA II.

Dichos, y Carmelito, con un papel en la mano, por la segunda puerta de la izquierda.

Carm. Me desespere, no trove

ni un consonant adecuat.
Corina, mina, pechina.
No: pechina en castellá!...

Ches. Ché, ¿ta mare diu que tú

no tens gust de vindre al Grau
esta espraeta?

Carm.  No sé

á quín sant...

Ches.  Cóm á quín sant?

al teu, pera selebrarlo.

Carm. Y qué ham de fer?
Ches.  Verenar.
Carm. Tant me s'indona... Corina,

niña, mesquina.

Ches.  Es estrañ;

pues vacha un desmenchament!...
De alguns dies á esta part
el trove molt pensatiu.

Balt. Se calfa un poquet el cap,

pues com llich tantes noveles,
y en estar compositant...

Ches. Res te aixó que vore; si éll

menchaba com un caball,
¡y hara vech que en cuatre dies
la boca se li ha tancat!

Balt. La meua penetrasió

be alcansa...

Ches.  Calla, ya caic!

impasient, no veu el hora
de casarse.

Balt.  Chustet.

(Carmelo estará sentado á la mesa de la dere-
 cha del balcón y escribiendo)

Carm.  «Ay!

mi espiritu se acoquina...»
No em sona be, acoquinar.

Ches. Y fá versos? es molt chic!

Tú veches quí li ha enseñat...

Balt. Ningú del mon. Despues dius

si estic chocha; no ha d'estar?
Per aixó me desespera
de que parle en la de baix:

porque ese chico, ¡quién sabe

a lo que puede llegar!


ESCENA III.

Dichos, y el tio Donis por el foro.

Donis. Muchos años que Carmelo
puga en vostés selebrar
els seus dies.
Ches.  Tio Donís,
grasies.
Donis.  ¿Per qué m'ha enviat
ningun recao? En ma casa
ya sabiem tots quin sant
era hui.
Ches.  Per tindre el gust
de reunirse esta esprá.
Donis. Chesinto, aixó son tontunes.
Entre nosatros no cal...
Ches. El obchecte es que peguem
un moset.
Donis.  Deixes estar...
y ahón anem?
Balt.  (Déixeu, no en vullc,
pero vinga.)
Ches.  Paca el Grau.
En este temps á quín puesto
millor...
Donis.  Crega qu'em sap mal.
S'ha fet algun pollastret, éh?
Ches. Com el obchecte...
Donis.  Clar:
la satisfasió de dir,
anem chunts y nada mas,
No siga goleta...
Ches.  No...
Donis. Un troset de sofrasá,
el pollastret, cuatre ó sinc
empanaetes, si á un cas,
y res mes.
Ches.  Encara sobra...
Donis. Mira; en que dels Alcoyans
compre un troset de salchicha,
que no siga masa gran,
formache, unes armeletes
y anchobes per l'ansisam,
pea qué mes...
Ches.  La meua idea...
Donis Hóme, com uns chenerals!
Parle yo be? (A Baltasara.)
Balt.  Mucho. (Falta
un poquet de soliman
á vore si reventabes.)
Ches. No m'ha deixat acabar.
¡La meua idea ha segut
fer una caragolá!
Donis.  També caragols? millor!
Ches. Ya están fets.
Donis.  ¡Pues ni el sopar
del seu sélebre tocayo!... (A Baltasara.)
Ches. (Est'hóme deu tindre un pap!)
Donis. Déixam dirli á la chiqueta
que se vacha preparant.
Y Carmelito?
Carm.  Corina.
divina, espina, toñina,
Toñina es en valensiá...
Ches. Féntli versos a Sunsion.
Donis. De veres? bien.
Carm.  Tinc el cap
lo mateix que una simbomba.
Pues yo els ha de rematar.
Donis. Se plomecha? (Acercándose á Carmelito.)
Carm.  Hóme, vol fer
favor... ya me s'en ha anat
la idea.
Ches.  Ara no l'estorbe,
perque com li està pegant
á la musa...
Donis.  Cuant acabe,
¿podria posarme en clar
uns contes?
Ches.  Sí.
Donis.  Esta semana
el tráfec ha segut gran.
Ches. Al tenor les ganansietes?...
Donis. Bones.
(Levantándose y leyéndole los versos á Balta-
sara.
)
Carm.  Escolta, mamá,
veches que't pareixen.
Balt.  Digues.
Carm. Están trets en un instant.
«Siento el corason latir
con inaudita violensia,
porque un ángel de hermosa presensia
me hase morir,
Y ese sér fasinador,

eres tú, bella Corina,
que me has clavado una espina.
La espina del amor.»

Balt. Muy bien!
Carm.   M'han ixit prou bé.
Balt. Quíns termes tan adecuats.

La espina del amor!

Dionis.  Chico,

¿sincuanta arrobes de draps,
á dénau quinsets, cuánt munten?

Carm. Qué sé yo.
Balt.  Pero qué bast!

¡sempre traent els drapots
á rogle!

Dionis.  Pues acabant...
Carm. Bien, despues. ¡Me causa horror

la drapería!

Dionis.  Vach baix

á dirli á Sunsion... Atenga,
si pasa un carret del Grau,
el cride, y no cal que anem
á peuet hasta el portal.

Ches. Pero costará algo mes!...
Dionis. No es pose... (Vase foro.)
Ches.  Achústelo avans.

Arréglense.

Balt.  No ixiria.
Ches. Son prop de les cuatre y cuart.

No dirá la teua novia
que no la obsequies, qué tal?
tartana y verenaret!
En fi, dia del teu sant,
correspon...
(Vase segunda puerta izquierda.)


ESCENA IV.

Carmelo solo.

Carm.  La meua novia!

Cóm se pot imachinar
eixa chica... En les noveles
que yo ha llechit, no ha trovat
un ser, cuyo corason
luche com está luchant
el meu! Sunsion, pobre niña,
tú eres hermosa, pero ay!
eres ordinaria...y luego

tinc yo els pensaments mes alts.

Corina, ¡por qué mis ojos
vieron tu rostro ideal!
y si es de bien, ¡pueda ser
que me rechases quisás,
hasiendo changleta! sielos!
li volia declarar
la meua pasió escribintli:
mes la idea de un fracás...


ESCENA V.

Carmelito y Sunsion, por el foro.

Suns. Ché, tú es que parles asoles?
Carm. Sunsion! no: m'entretenia.
Suns. Ya me pots llechir els versos

que m'has tret.

Carm.  Quíns versos?
Suns.  Vinga.

Mon pare hu ha dit.

Carm.  M'ha vist

escriure y se pensaria...

Suns. Qué m'has posat?¿que soy una

clavellinera polida?
Pues hu soc. No eres tú asoles
qui me hu diu. Huí estic aixina,
mes ampla que tóba. Arturo,
el que parla en Mariquita
la coenta, d'ahí enfront,
m'ha dit: «Adios, rosa fina,
ni en Madrid, de donde vengo,
ni aquí, ví cara mas linda:
por usté soy yo capaz
de reñir con Mariquita.»
Pareix Pic y tres. ¿Tú á ella
no la coneixes? es bifia,
fa uns chumensos pea parlar...
yo me burle mes!...

Carm.  ¡Bonica

costum! aixó es de chentusa,
traure mals noms y fer fisga...

Suns. Pero me lliches els versos?
Carm. Tórnali; saps qu'es mentira...
Suns. Ni ganes, tros de collera.
Carm. Tros de collera? me irrita!...

¡Unicamente palabras
de carreron!

Suns.  Ya malicsia
que li hu ha dit per l'ofisi.
Carm. Tú has pegat en la manía
de confundir... y em reventen
les fisgonaes.

ESCENA VI.

 Dichos, y Chesinto por la segunda puerta izquierda.

Ches.  Asó es riña?
Suns. No siñor; este qu'es churro.
Carm. Son pare que li embolica...
m'ha vist escriure una carta,
y creu que son versos...
Ches.   Filla,
yo també...
Suns.  Ara que nomenen
la carta... munte en seguida.
Quín cap!... (Vase foro.)

ESCENA VII.

Carmelo, Chesinto, y por la puerta primera de la izquierda Baltasara con una cesta.

Balt.  ¡Ma tu en la sistella
si faré yo bona vista!
ixca vosté així al carrer...
Carm. Clar; tot el veinat mos mira.
Ches. Yo la duré; chent mes tonta!
(Tomando la cesta)
Será la primer família
que vá á verenar al Grau.
Carm. Pués a mi me dona grima.
La chent desent vá á la fonda.
Ches. Así tot el mon la tira
á lo grande. En fi, toqueu;
no vullc...

ESCENA VIII.

 Dichos, y Sunsion por el foro, con una carta en la mano.

Suns.  Só Chesinto, tinga.
Air me deixá el cartero
pera vostés esta carta,
y com tinc poca memoria,
no me'n recordí muntarla.
Balt. Du, será de doña Prisca,
que ya haurá aplegat á Fransia,

y me escriu... Es muy atenta!

Carm. Quién pudiera tener alas...
Balt. Llichla, Carmelito. (Dándosela.)
Ches.  En vindre.
Carm. Pot ser cósa de importansia...

(Abre la carta.)
de ella es, de doña Prisca.

Balt. Mira si me hu figuraba!
Carm. (Leyendo.) «Mi distinguida amiga Balta-

sara.»

Balt. Distinguida; que bé escriu!

Pues si la ouires cuant parla...

Carm. «Si la delicada salud de Torcuato, y el de

 seo de conocer al señor de Ferrís...»

Balt. Al señor de Ferrís! ¿Veus

quín tratament?
(Un momento de pausa, durante el cual conti-
 núa leyendo para sí Carmelito.)

Ches.  Vinga, acaba.
Carm. Qué'stic mirant! ¡oh suprema

felisidad!

Ches.  Pues?
Carm.  Qué pasa?
Carm. (Leyendo.) «Si la delicada salud de Tor-

 cuato, y el deseo de conocer al señor de
 Ferrís, no fueran motivos suficientes pa-
 ra hacernos desistir de nuestro viaje á
 Francia, llega en este momento á mis
 manos la amable invitacion de usted, y
 me es imposible resistir á ella, mi que-
 rida Baltasara. Mañana saldremos para
 Valencia.»

Ches. Qué dius?
Balt.  Ferrís!
Ches.  Santa Clara!

(Dejando caer la cesta, que recogerá Sunsion,
 dejándola sobre la mesa.)

Suns. Casi es volca la sistella.
Ches. Y venen así á esta casa?
Balt. Vols mes honor!...
Ches.  Pero, dóna!...
Carm. (Aparte.) Vivir en mi propia estansia!

Oh! Corina! ¡respirar
el olor de tu fragansia
embalsamadora!

Ches.   Vamos,

¡yo crec que si el mon s'aplana,
no em deixa mes atordit!

Y ahón els fiquem?
Balt.  En la sala.

Nosatros dos en lo cuarto.
Tú t'ofegues en poc aigua.
Carmelo dalt en lo porche.

Carm. Aunque duerma entre las ratas,

qué me importa!

Suns.  ¿Aixó es que venen

forasters? segons la carta...

Balt. Tres forasters de Madrid.
Ches. Tres no mes, y en esta gabia.
Suns. Si así no hiá puesto y volen

colocarne algú en ma casa...

Balt. Grasies.
Carm.  Horror! entre els draps!
Balt. Faria una cósa estraña...
Suns. Dos saletes ben curioses

tenim allí.

Ches.  Y diu, mañana,

—que es huí— salimos para esa.

Carm. Justo.
Ches.  Ni una bala rasa!...
Balt. Y asó está que s'arremet.
Ches. Mos has perdut, Baltasara.
Balt. Crida en seguida á un pintor.
Carm. No hiá temps.
Balt.  A la só Blaya,

la que fá els mandaos, corrent
li dius que se'n vinga, marcha.
Netechará en un momento...

Carm. Vecha si atra cósa falta...
Suns. Vorá vosté en dos sarpaes

deixarli com una plata
la cuina.

Ches.  No, Sunsioneta...
Balt. Espérat que vinga...
Suns.  Vaya,

no me caurán els anells. (Vase derecha.)

Ches. Aixó val molt.
Carm.  Desdichada!

por qué nasistes drapera?
Y consentir yo que encara
mos achude...Soy un mónstruo!

Balt. En lo balcó de la plasa

falten tres cristals, avisa
pea qu'els posen.

Carm.  Vach.
Balt.  Aguárdat.

Siñor! cóm hu pillen tot!

tant que yo els bufí...
Carm.  Qué falta?
Balt. Eixa caira baixeta

veches també quí l'apaña;
li falten sinc barronets.
Corre.   (Vase Carmelo foro.)
  Dam dinés.  (A Chesinto.)

Ches.  Quin atra!

Hauré de péndrer del fondo
que pul en pul replegaba
en l'armariet.
(Se dirige al armario y saca dinero.)

Balt.  La modista

me te que fer una bata
pea demá mateix, presis;
y arreglar la segon falda
del vestit vert.

Ches.  Echa! tin  (Le dá dinero.)

cuatre duros, si sobrara...

Balt. Cuatre duros? posa, posa.
Ches. Atre viachet? me'spasma!...
Balt. Tinc que comprar obra fina,

y mes que siguen de alpaca,
tres cubiertos com els nostres.

Ches. Tres boques mes, vírgen santa!
Balt. Ay, chico, y un cullerot...
Ches. Pren dos duros mes y allárgat.
Balt. Este matí l'ha trencat

el chic, pegántli á la gata.

Ches. Se'n ha ixit la mar!
Balt.  Señores,

per sis duros que se gasta!

Ches. Bueno...
Balt.  Tambien volverás

á ser secretario, calla.

Ches. Han tocat tres anellaes?
Balt. No.
Ches.  Vésten pronte... pues ara

sí que han tocat.

Balt.  Es el tio

Donís, que ya mos aguarda.

Ches. Féslo muntar, y despues

verenarem así en casa.


(Al dirigirse Baltasara al foro, aparecen en él D. Torcuato, que trae en la mano una sombrerera, y en la otra una jaula con una cotorra dentro. Doña Prisca, Corina, y á su tiempo dos mozos de cordel cargados con dos mundos, un cofre, cartones, etc.


ESCENA IX.

Dichos, don Torcuato, doña Prisca y dos mozos de cordel. Don Torcuato se deja caer en una silla.

Torc. No puedo mas!
Balt.   Don Torcuato!

Chico, son élls!

Ches:   Mare meua!
Prisca. Baltasara.
Balt.   Doña Prisca.
Torc. Dios eterno, ¡qué escalera

tan atroz!

Prisca.   No dirá usté

que no se la quiere.

Balt.   Uy!... venga

un abraso. Qué alegría!
y á Corina!   (Las abraza.)

Cor.   Vengo muerta!

(Corina se dirige luego al balcon, donde per-
 manece hasta su debido tiempo.)

Prisca. Venimos con un retraso

de seis horas.

Torc.   Seis y media.
Balt. Qué'scama de tren! pues mire,

por milagro nos encuentran.
Como en la carta desian:
«Mañana vamos á esa...»

Prisca. La habrán detenido, es fácil...
Ches. Chust, ha segut Sunsioneta,

que...

Balt.  Mi esposo...  (Presentándole.)
Prisca.   Amigo mio,

deseaba en gran manera
conocer...

Ches.  Yo tambien, mucho...
Torc. Señor de Ferris...  (Se dan la mano.)
Ches.   Me alegra,

me alegro de...

Prisca.   ¿A dónde van

estos mundos?

Balt.   Aquí, mientras

arreglo el salon; despues
los entrarán.
(Los mozos dejan en el suelo el equipaje.)

Ches.   Friolera!

á soles el equipache
no cap...

Prisca. (A Torcuato.) Llevas plata suelta?...
Torc. Oro y billetes.
Prisca.  Caramba...
Balt. Deje, Dáles dos pesetas. (A Chesinto.)
Ches. Sí, dáles; quiero desir

que les doy... Mal escomensa...

Prisca. Dé usté cuatro, y que le paguen

ellos mismos la carrera
al simon.

Ches.  A cuál Simon?
Prisca. Al cochero que en la puerta
se quedó.
Balt.  Dáles.
Ches.  Les doy...
Me se vá trabant la llengua.
Balt. Ya tendrian arreglado
l'aposento, si no media
el retraso de la carta.
Prisca. Hija, de cualquier manera...
Balt. Digan, ¿ustedes comieron
en el camino?
Prisca.  Sí, en Venta
la Encina.
Balt.  Les haré luego
un refresco.
Torc.   Unas chuletas
quisiera yo.
Prisca.  Se halla un poco
delicado, y á él le prueban...
Ches. Delicado? pues está
com un bou.
Balt.  Cuando las quiera...
Prisca. Aun es temprano. Torcuato,
y la cotorra?
Torc.   No temas;
está aquí.
Ches.  Hasta la cotorra...
Prisca. Mononita mia!
Torc.  Hacerla
viajar...
Prisca.  Cariño mio!
pobrecilla, y está enferma.
Baltasara, por favor
no le dé usted ni que vea
ninguna clase de fruta,
pues todas se le indigestan.
Carne y bizcochos...
Ches.  Voldrá
que li posém una olleta.
Prisca. Dá dinero, que le traigan...
Torc. No sabes...
Balt.  Deje...
Prisca.  No llevas...

En cuanto salgas de casa
cámbia, porque es una pena...

Balt. Ma que salida...
Torc.  Tambien

he de cobrar una letra
de catorce mil reales
en casa de la Pomera.

Prisca. Le escribes antes, pues él

aquí vendrá en cuanto sepa
que llegamos; quizá usté
conozca... un tal la Pomera,
un comerciante riquísimo.

Balt. No .. dónde vive?
Prisca.  Qué señas?...
Torc. Nunca recuerdo; despues

ya lo veré en la cartera.

Ches. Catorse mil!...
Prisca.  Pero, niña,

el calor no te atormenta?
Mujer, quítate el chapeau,
que me dás angustia!

Cor.  Deja...
Balt. Quítese el chapon, si quiere.
Cor. Chapon? ni una lugareña!...
Balt. Ferrís, pera ixir en elles,

me compres demá mateixa
un chapon; el necesite
com l'aigua que bec.

Ches.  Aspérat.
Prisca. ¿Usté me escribió una carta,

rogándome que influyera?...

Balt. Para lograr qu'en l'empleo

á Ferrís lo restablieran.

Prisca. Ví al sub-secretario, y supe

que era ya cosa resuelta.

Ches. Es posible!
Balt.  Doña Prisca,

cuánto apresio la finesa!

Prisca. Tratándose de otro asunto

de mas entidad, le hubiera
escrito al baron del Sauce,
ó á mi tia la condesa,
que es cuñada del ministro.

Balt. Tia de usté?
Prisca.  Sí, Gabriela...
casada con el vizconde...
Balt. (Visconde! y tú de chaqueta!)

Pero, Ferris, ¿aun no ha vuelto
tu bata la lavandera?

Ches. La brusa?
Balt.  Yo me abochorno

de ver cómo te presentas,

Prisca. Mujer, deje usted ahora

los cumplidos y etiquetas...

Balt. Si vá que parese chacas

l'oliero.

Prisca.  Ay, ¡qué cabeza

la mia! y no pregunto
por Carmelito.

Balt.  Está fuera

de casa, no tardará.
Corinita, cuando venga
Carmelito y los encuentre
aquí á todos, qué sorpresa,
éh?

Cor.  Mucha.—No hay duda, aquel

(En el balcon, y suponiendo que mira á la calle.)
es Arturo! ¿y le hace muescas
á esa cursi del balcon?
Traidor, se viene á Valencia,
y á Panticosa me dijo
que marchaba! ¡Cuánto diera
porque me viese!

Prisca.  ¿Y aun sigue

tan grueso?...

Balt.  Como una oblea

se ha quedado.

Ches.  Los estudios...
Prisca. Estudia?
Balt.  Para poeta,

sí señora.

Prisca.  Ese muchacho,

siempre lo dije, revela
mucho genio.

Balt.  El en Madrid

es donde haria carrera,
y tomaria ingrediente.

Prisca. Cierto; ustedes no consientan

que viva aquí oscurecido.
Mándelo uste allá, que tienda
sus alas...

Balt.  Eso.
Prisca.  Que forme
entre la brillante pléyada

de jóvenes que cultivan
con tanto aplauso las letras.

Balt. Quín pico!...  (A Chesinto.)
Ches.  Estic encantat!
Prisca. La política, las ciencias,

el periodismo, ancho campo
le ofrecen...

Ches.  Pero su tema...
Balt. A él le tira mas el verso.
Prisca. Que escriba para la escena.

Nada, lo dicho; á Madrid.
Nuestras relaciones, nuestra
posicion, puede servirle
muchísimo.

Balt.  Quién lo niega!
Prisca. Le haremos hombre.
Balt.  Es capás!
Prisca. Allá, tú le recomiendas

eficazmente á tu primo
el marqués, ya que él frecuenta
los círculos literarios,
que lo presente y lo ingiera...

Balt. Tambien el primo es marqués?
Prisca. De campo inculto; el Mecenas,

digámoslo así, de todos
los jóvenes que ahora empiezan.
Cuando le escribas, le dices:
Prisca, envia para Petra
la generala, un abrazo...

Ches. La generala!... (Aparte.)
Prisca.  Y espera

darle pronto muchos besos
á la duquesa.

Balt.  Uy! duquesa! (Aparte.)

ESCENA X.

Dichos, y el tio Donis por el foro.

Donis. Vostés baixen ó no baixen?
Ches. Ni pensaba...
Balt.  Me condena...
Donis. Pos ché no res! fá mich hora

qu'els aguarde en l'ascaleta.
Bramant está el tartanero.

Balt. Repare... (Señalant á Prisca.)
Donis.  Es visita? buenas...
Ches. Entre, ahí dins está Sunsion:
ara nosatros...

(Le indica la puerta de la derecha, por donde se vá.)

Donis.  Atenga,

si els pareix, també podrem
dur un troset de ternera
fiambre, sap, res de suc.

Ches. Tio Donís...
Balt.  Yo el desfea!
Donis. Está así dins la chiquilla?

vorán cóm li done presa.
Home, que unes olivetes
del coquillo...

Ches.  Pero!...
Donis.  Vecha

de desocupar. (Vase puerta derecha.)

Prisca.  Quién es?...
Balt. El padre de la doncella.
Cor. Necesito confundirle; (Al balcon.)

es preciso que le vea.
Mamá, ¿salgamos á dar
un paseo?

Prisca.  Hija!
Torc.  Tú sueñas!
Cor. Nada mas ver cuatro calles.
Balt. Quieren pegar una vuelta?
Prisca. Con el cansancio... y ahora

vístase usté...

Cor.  Qué simpleza!

tomamos un carruaje.

Prisca. Ya es distinto... tú no vengas,

estás rendido.

Torc.  Id vosotras,

ya que la niña se empeña.

Cor. Que llamen, pues, á un simon.
Ches. Un atre simon? Atiendan,

tenemos bajo un carret.

Balt. Una tartana pequeña.
Cor. Ay! tartana! no por Dios.
Prisca. Si nos viese la Pomera!..

tú verás como nos manda
su faeton, cuando sepa...

Balt. Aquí es costumbre... y ahora

quién manda...

Prisca.  Como usté quiera,

pero quitémonos antes
el polvo.

Balt.  Bien, pasen; esta

es la habitasion...

Prisca.   ¿Ustedes
nos acompañan?
Balt.   Sí. Arréglat; (A Chesinto.)
pues no faltaba atra cosa.
Torc. Oye, pero y mis chuletas?
Prisca. Mas tarde, hombre.
Ches.   Me pareix
que mos ha caigut faena.
(Vanse doña Prisca, don Torcuato y Corina por la primera puerta de la izquierda, y Chesinto por la segunda puerta izquierda.)

ESCENA XI.

Baltasara y Carmelito, por el foro.

Balt. Carmelito, fill meu, dónam
un abras!
Carm.   Qué pasa?
Balt.   Alégrat!
Ahí dins els tens, ya vingueren.
Carm. Corina? ¡con qué violensia
todas las fibras del cuerpo
se estremesen!
Balt.   Si supieras!
Te irás á Madrid…
Carm.   A qué?
Balt. A formar entre la pleita
de muchachos distinguidos
coltivadores de letras.
Te ingertarán en los sircos
literatos.
Carm.   Quién?
Balt.   Melenas.
Un parent de doña Prisca.
Carm. No entenc…
Balt.   Me hu ha promés ella.
Vach á mudarme, que ixim
á pegar una volteta.
(Vase, segunda izquierda.)

ESCENA XII.

Carmelito, y luego Corina por la primera puerta de la izquierda.

Carm. Un ensueño, ¡tanta dicha
me pareix! pero infelise,
tal ensueño, ¡quién te dise
que no sea tu desdicha!

¡Si por mala suerte dás
con una insana mujer,
que despresia tu querer
y á tu pasion es falás!...
Entonses, adios, Carmelo!
me mato. Así ve; qué hermosa!
Eso no es mujer, es diosa
bajada del quinto sielo.

Cor. Tal vez esté aun de planton.
Carm. Corina...
Cor.   Calle! ya sé,

no le conocia á usté.

Carm. Inmensa satisfasion

su llegada me ha causado.

Cor. Gracias.
Carm.   Plaser... inaudito.
Cor. Gracias... pero, Carmelito,

le hallo muy desmejorado.
Se encuentra usté enfermo?

Carm.   Sí.
Cor. La palidez del semblante

lo dice.

Carm.   Tan... rosagante

que estaba yo allá en Madrid!
se acuerda? De entonses datan
y no sesan un momento
de turbar el pensamiento
los ensómios que me matan!

Cor. Qué le duele? usté se apura

quizá sin causa formal.

Carm. No endevina usté mi mal?
Cor. Soy yo doctor, por ventura?
Carm. Si el corason traspasado

tuviera, sin ser doctor...

Cor. Ya comprendo, es mal de amor.

Está usted enamorado!


ESCENA XIII.

Dichos, y Sunsion apareciendo por la puerta derecha, donde se detiene.

Suns. Que parlen de amor?
Carm.   Corina!...
Cor. Pero, hijo, tanto aspaviento!...

vaya, y quién es el tormento?...

Carm. Quién? tampoco lo endevina?

De mis dolores prolijos

nunca la suerte se sasia!
Cor. Cuidado, que me hace gracia

usté con sus acertijos!

Suns. A tots el nostre voler

vá referint per ahí.
Ma tu á eixa pitimini,
qué l'importará saber...

Cor. En su pasion misteriosa

interesarme ha logrado
pues confieso mi pecado,
como mujer, soy curiosa.
Con que sea usté elocuente,
y sepamos quién es ella.

Carm. No hay en el sielo una estrella

mas clara y resplandesiente.
No hay en la region... ignota
de un encantado jardin,
mas oloroso jasmin,
ni mas fina bergamota.

Cor. Sublime, sobremanera,

la bergamota me encanta:
prosiga usté.

Carm.  Cuando canta,

no hay ninguna cagarnera
que produsca l'armonía
de aquellos mágicos trinos
y gorgeos pelegrinos!

Cor. Deliciosa poesía!
Carm. En fin, si cuando la miro,

cualquier comparansa es poca.

Suns. ¡Ma cóm estóba la boca

el troncho de col pea diro!

Cor. De poeta hace usted gala.
Carm. Por ella sopla mi musa.
Cor. Y su cariño rehusa?

insensible menestrala!

Carm. Menestrala? usté me humilla.
Cor. Yo? Jesus, hijo, á mi ver

no hay ofensa en suponer
costurera, ó modistilla...

Suns. Hico, Quesús! Ma el ninot...
Carm. Elevo yo mis amores

á esferas muy superiores.

Suns. Qué diu eixe borinot?
Carm. Deslumbrado por el brillo

de esos ojos, m'ensegué.
Corina, yo la amo á usté.

Cor. Es posible?
Suns.  Ay, só repillo!
Carm. ¿Usté generosa admite

la ofrenda de mi pasion?

Cor. Así, tan de sopeton...

Deje, por Dios, que medite...

Suns. Chá, si no me'n puc avindre!
Cor. Deliciosísimo!

ESCENA XIV.

Dichos, y doña Prisca por la primera puerta izquierda, y por la segunda Baltasara y Chesinto.

Prisca.  Nena,

y Baltasara? Adios, pollo.

Carm. Señora, de mi sorpresa

le hablaba.

Cor.  Déjame ver (Vá al balcon.)

si la calle aun la pasea...

Prisca. Ya pregunté...
Carm.  Mucho estimo

la memoria...

Balt.  Están dispuestas?

Doña Prisca, yo me ha puesto
así, de cualquier manera.

Prisca. Sí, nosotras...
Balt.  Tanta ropa

que una tiene, y se emperesa...

Prisca. Sentiria únicamente

que nos viese la Pomera.

Ches. Tres voltes poma.
Suns.  Y en élls

se'n anirá.

Balt.  Cuando quieran...
Prisca. Pero, querida, usté olvida

mi refresco, y tengo seca
la garganta.

Balt.  Ay, es verdat!
Cor. ¿No vale mas que á la vuelta

probemos la rica horchata
de chufas, en una de esas
horchaterías que tienen
tanta fama?

Prisca.  Si deseas...
Carm. Dise usté bien, ó entraremos

en un café.

Ches.  Quína idea...
Balt. En efecto,—pren dinés.
Ches. Y els sis duros?
Balt.  Me recrema!...
Ches. En mich hora tres visites

al armariet, Senta Tecla!

Cor. Yo siempre tomo limon.
Prisca. Yo acostumbro á tomar fresa,

sabes? como nuestro amigo
el marqués de las Almejas.

Balt. Andando? ofrésele el braso.

(A Carmelito, que se lo ofrece á Corina.)

Carm. Si usté...
Cor.   Bien, hasta la puerta.
Carm. Esperimento un plaser

que me inunda!

Cor.   Todo sea

por Dios.

Suns.   Ché, tú ahón vas?

(Interponiéndose )   ahón vas?

Carm. Sunsion!
Balt.   Quí la crida á esta?
Suns. Tot hu ha ouit!
Carm.   Pues...conformarse.
Suns. Cóm? só cara de chineta?

Traidor! y no se cau mort?...

Balt. Ahí tienes, pa que te metas

y te roses en gentusa!

Carm. Sunsion!...
Cor.   Tú entiendes?...   (A Prisca.)
Prisca.   Ni media...
Carm. Dejarla, es una demente

que ha perdido la mollera.

Suns. Tú si que la tens perduda,

y anirás á la goleta,
romansero, lechuguino
de ocasió sinse colmena.
Carpanton, sastre de burros!

Balt. Toqueu, chico, uy, qué vergüensa!

(Vanse foro.)


ESCENA XV.

Sunsion y Donis, apareciendo por la puerta derecha.

Donis. Que se'n van? escolte...
Suns.   Déixels.

Agarreu á eixa parella!

Donis. Chesinto!
Suns.   Ahí vá doña flor,

y el marqués de la collera!

Donis. Pero tú t'has tornat loca?

(Sollozando.)

Suns. Ay, pare, el dolor m'ofega,
y me s'entoixa que el cor
así en lo meu pit reventa.
Donis. Voto á quién! si anaba á dirlos
que una coca en tomateta
y pimentó mos faltaba,
y se'n van d'eixa manera!




FIN DEL ACTO PRIMERO.




ACTO SEGUNDO.


 La misma decoracion que en el primer acto: sobre la mesa-tocador habrá una porcion de botes, que figura contener aguas de olor, cosméticos, etc. Sobre hierros del balcon estará la cotorra dentro de su jaula.

ESCENA I.

Chesinto, saliendo de su habitación, y á la puerta de la suya doña Prisca.

Prisca. Baltasara, Baltasara.
Ches. Llaman?...
Prisca.  Válgame la cruz!

desde que estoy dando voces...

Ches. Ya m'habia paregut...

Quieren algo?

Prisca.  El chocolate.

Las ocho dieron, y aun
está Torcuato en ayunas.

Ches. Tambien estic yo dechú...

(Se oye bostezar á D. Torcuato.)

Prisca. Oye usté cómo bosteza?
Ches. Pareix que aulle.
Prisca.  Jesus,

y qué estómago tan débil

el suyo: vea usté...

(A la puerta de la derecha.)

Ches.  Tú,

Baltasara, ¿el chocolate
encara no el tens apunt?
Ya dise que vá á sacarlo.

Prisca. Bien.
Cotorra.  Apunten, fuego, run!.. .
Prisca. Monísima, un cariñito.
Ches. Eixa cotorra me rust.

Desde que amaneix no para,
fent, apunten, fuego, run!...
Me ha pegao un picotaso
porque le daba un tendrum...

Prisca. Te han traido hoy bizcochitos?
Ches. Tots els dies se'n engul

micha lliura.


ESCENA II.

Dichos, y Baltasara por la puerta derecha, con tres chocolates y tres vasos de agua.

Balt.  Disimulen.

No queria alsar el bull...

Prisca. Cuánta molestia!...
Balt.  Ninguna.

Custamente irse á Ademús
estos dias la só Blaya,
la donsella nuestra. Uy,
qué mal tersio nos ha hecho.

Ches. Casualitat ha segut...
Prisca. Déme acá.
Balt.  Yo serviré...
Prisca. No permito... (Toman el chocolate.)
Balt.  Mira tú

qué mas tiene...

Prisca.  Los cigarros

para Torcuato...

Balt.  Els hau dut?

(A Chesinto.)

Ches. El chico fué.
Prisca.  Y las chuletas?
Balt. Sí, también.
Cotorra.  Apunten, run!...
Prisca. No se olvide á mi cotorra.
Balt. No pase desinquietud.
Prisca. Que se acuerde Carmelito

de las flores. (Vase por su habitación.)

Balt.  Sí.
Ches.  Chesús,

quín marech!

Balt.  Cóm ha de ser.

El mal es que hasta el delluns
no tornará la só Blaya.

Ches. ¿Y estos hasta el dia ú

no se'n van?

Balt.  Hasta que pasen

les fires.

Ches.  Ya tinc perdut

el conte de lo qu'em gaste.

Balt. Com no tenies costum.
Ches. Cafés, teatros, simones.
Balt. Per dos nits que mos has dut

al teatro.

Ches.  Y air d'esprá

á la plasa de Bous.

Balt.  Chust,

á vore les banderilles
y el castellet.

Ches.  En menuts

doní á la pórta sét cuens!
no entrárem de baes.

Balt.  Chesús!

de ouirte estic correguda!

Ches. Yo si qu'estic corregut,

que no me deixeu parar
en tot el dia ni un punt.

Balt. Qué bien dise don Torcuato,

«su marido de usté es muy...
empírico,» y en efecte;
tienes raresas...

Ches.  Tu, tut...
Balt. Luego, á la legua se vé

que te falta ese betum
de la córte. A mí, que ha estado
en Madrid, á buen segur
que no me criticarán.

Ches. Pues pot eixe mameluc

rosegarme.

Balt.  Ho diu en broma.
Ches. Pero has reparat quín trull?

lo que beu y lo que mencha,
y lo que fuma y escup!
No parla mas que de carne,
de chullas, y de... rosbuf
ó ros... no sé yo cóm diu,
pero aixó es un avestrús.

Air, acabant del olla,

ma qu'es menester ser buc,
se menchá les cuatre lliures
que tú portares de llus!
Ya que fas apetitets
pea que menchen mes á gust,
no vaches en sofrechits,
fes guisaos que tinguen suc.

Balt. No te dolga, no te dolga

Ferrís, que eres molt pobrús.

Ches. Filla, yo volguera tindre...
Balt. Vinga, dam dinés.
Ches.  Sent Bult!

(Se dirige al armario, de donde saca dinero.)
¿Pero eixa chent no fá conte
de cambiar? ya es abus;
sempre que óbric l'armariet
tinc pór de caure difunt.
Madre mia, quín baixó!

Balt. Vinga...
Cotorra.  Apunten, fuego, run!...
Ches. Si no fora... li arrimaba

un colp á eixe animaluch.
No estic prou afosilat,
que encara me vé fent «run...»
Tin; cóm se'n van!


ESCENA III.

Dichos, y doña Prisca por la puerta de su habitacion.

Prisca.  Baltasara.
Balt. Tomaron ya el chocolate?
Prisca. No lo haga usté tan espeso:

qué cosa tan detestable!
parece un hígado, á mí
me repugna.

Balt.  Mal me sabe...
Ches. Esta es un atra, may troben

res conforme, de tot parlen.

Prisca. Ay, hija, qué pan tan malo.
Ches. No hu dic?
Prisca.  De dónde lo traen?
Balt. Caramba, si son bolletes

de á tres!

Prisca.  No entiendo qué clase.
Balt. Si ustés á la fornadita

de las onse se esperasen.

Prisca. Recuerdo á usté, Baltasara,

que tiene que acompañarme,
pues he de ver á una amiga
de la marquesa, y mas tarde
quiero ir á tomar un baño.

Balt. Tambien yo quiero bañarme,

iremos al de Espinosa.

Prisca. Ha parado un carruaje?...
Balt. A la puerta? creo que sí.
Prisca. Será la Pomera!
Balt.  Calle...
Prisca. Torcuato, niña, que viene

la Pomera á visitarte.

Balt. Chico, arrima eixes caires,

y pósat el atre trache.

Ches. Asó no es viure.
Prisca.  Yo voy

hecha un pingo, y sin peinarme!
Recíbanle ustedes, mientras
me pongo una bata. (Vase.)

Balt.  Diantres,

yo que voy hecha una tana,
resíbelo tú.


ESCENA IV.

Dichos, y un aguador que aparece por la puerta del foro, desapareciendo por la de la derecha, y sale despues de un momento, marchándose por el foro. A su tiempo, por la misma puerta, el tio Donis.

Ches.  Mal viache!

si es l'aiguaer!

Balt.  El carret

mos paregué un carruache.

Ches. En la Pomera ensomía

esta chent; oy! ma quin atre:
el só Donís. (Al verle.)

Donis.  Só Chesinto.
Balt. Bonica visita!
Ches.  Pase.
Balt. En ca te pit de muntar?...

gástali poques paraules.
Si el véuen en tú, despues
de la escama que donaren,
mos farán á tots iguals.

Ches. Tampoc es chust qu'el despache.
Balt. Com yo torne á ixir y el vecha,
digues entonses que l'arme...
Donis. Só Chesinto, Gayetano  (Vase.)

el del cafetí, m'ha fet
un encárrec.

Ches.   Diga pronte,

perque no tinc masa temps...

Donis. Han de ixir? ¿l'han agarrat

de bagache hui també?

Ches. Vinga, sapiam el asunt.
Donis. L'asunt... estos forasters,

allá en Madrid, deuen tindre
molta má y coneiximents.

Ches. Uf!
Donis.   ¿Hóme, sap que Carmelo,

parlant de tot, no está bé
cóm s'ha portat en la chica?

Ches. Qué vel...
Donis.   No, yo no m'ha ofés.

Lo que li sobren son nóvios.
Ara en lo cansalaer
torna á festechar; chen chóve,
riñen y fan pau despues.
Por supuesto, aixó no siga
obstácul pera que fem...
lo prometido. Demá
en les taules deu haber
carn de tóro corregut;
hóme, quin estofaet...

Ches. (Este tio y D.Torcuato,

bons parroquians.) Páseu be.

Donis. Chesinto, sinse enterarse...

ESCENA V.

Dichos, y Corina por la puerta de su habitacion.

Cos. Se marchó? me alegro.
Ches.   Quién?
Cor. La Pomera.
Ches.  No ha venido

ninguno, fué l'aiguaer.

Cor. ¡Tan apurada que entró

la mamá!  (Se dirige al balcon.)

Donis   Si te vosté

faena, puc esperarme...

Ches. (Si Baltasara ix...)
Cor.   El es.
Ches. (Arma un que dir.) Con permiso.
  Asi quisá incomodem;

vinga dins.   (Vánse.)

Cor.   Gracias á Dios
que puedo hablarte; ¿tú ayer
no comprendiste mis señas?
No? pues te signifiqué
bien claro, que mamá quiere
casarme, destino cruel,
con un comerciante, un tal
La Pomera. Solo sé
que se halla aquí establecido.
Por casualidad, hace un mes,
poco mas, le conocimos
allá en Madrid, y segun él
nos manifestó, es muy rico.
Que si consiento? ya vés,
un capitalista!…—Rabia.
Me llamas coqueta? infiel,
y tú?… vienen, ya hablaremos;
con mamá saldré á las diez.

ESCENA VI.

Corina y Carmelito, por el foro, con un ramo en la mano.

Carm. Dios de bondat! churaria
que alguna sita donaba.
Cor. Carmelito.
Carm.   No faltaba
mas, que me hisiera falsía.
Cor. Precioso ramo.
Carm.   Arreglado
para usté.
Cor.   Tantos favores…
Carm. Sé que le gustan las flores,
y por eso lo he mercado.
Cor. Aquí lo colocaré.

(Toma el ramo y lo coloca encima de la mesa. Luego se asoma al balcon Carmelo, y dice.)
Carm. Ningu es veu.
Cor.   (Calle, algo advierte,
Este chico me divierte.)
Hijo, qué le pasa á usted?
Carm. Podrá ser fasinasion,
pero cuando yo allegaba,
me paresió que usté hablaba
con álguien desde el balcon.
Cor. Y es decir, que usté, curioso,
por no llamarle indiscreto,
sin reparo ni respeto,
escudriña...
Carm.  Estoy febroso!
Aun se rie?
Cor.  Del achaque.
Carm. Faltaban á mis desvelos
las borrascas de los selos.
Cor. No sea usté badulaque,
pues bien merece tal nombre.
Carm. Ah! Corina! en un abismo
me suisido yo mismo,
como ustet ame á otro hombre.
Cor. Tal estremo me horroriza.
Carm. Pero es mi enojo fundado?
Cor. Por Dios, no sea tan obcecado.
Carm. Su calma me tranquilisa.
Cor. Gracias al cielo! (está loco!)
Ya que la nube pasó,
permitirá usted que yo
mi tocado arregle un poco?

(Al espejo, arreglándose el pelo y adornándose.)

Carm. Un rostro tan seductor
y de tan finos contornos,
ninguna clase de adornos
necesita.
Cor.  Adulador...

ESCENA VII.

Dichos, y por el foro Sunsion, que permanecerá en último término hasta que lo marquen los versos.

Suns. Sempre asóles! ¿si al remat
parará asó en contrabando?
Calla: se está emblanquinando
la niña.
Cor.  Qué atrocidad!
el sol, mi cutis quemó!
Carm. Le causa envidia y pesares...
Suns. Pósat polvos, negrelló,
que hasta la borla mascares.
Cor. ¡Hoy estoy desmejorada
en estremo!  (Se pone una flor en la cabeza.)
 ¿Le parece
que esta flor me favorece?
Carmelito, á usté le agrada?
Carm. ¡Dónde hay Vénus que compita

con usté!

Cor.  Vaya una idea.
Carm. ¡Bendita la madre sea

que te parió tan bonita!

Suns. Quí compra tontos en fabes?
Carm. Sunsion!
Cor.  Cómo?...
Suns.  ¿A que se creuen

que hu dic per vostés?

Cor.  ¿Pero esa

chicuela no les ofende?

Suns. Hiá pera tráurels un coloqui.
Carm. Encara vé fent changletes!
Suns. Mon pare ahón está?
Carm.  Son pare?
Suns. Dígali que baix l'esperen.
Carm. Yo vinc del carrer, no sé

si estará dins, crídel ú entre.

Cor. Ea, cuatro gotas de agua

de la Florida y corriente.
Qué fragancia! no hay perfume
tan elegante como este.

Carm. Respirar tan grata esensia

embriaga dulsemente.

Suns. May quina pudor, me tomba!
Cor. Qué muchachas tan soeces

hay aquí en esta Valencia.

Suns. No la he poguda compendre;

qué ha dit?

Carm.  Ademanes propios

de la calle de Cañete.

Cor. Ya estoy lista. Pues señor,

mamá, como yo no entre,
en todo el dia no acaba
su toilete.

Suns.   Ma quín dengue

mes furri. (A Carmelito con sobresalto.)

Cor.  Qué mira usté?

Me hace la falda algun pliegue?

Suns. Ay! se mata si se lo hase.

Quesús! Dóna, vacha y fregues...

Carm. La contemplaba estasiado!
Cor. Lisonjero... á ver si en breve

me escribe usted otros versos.
éh? sea usté complaciente. (Vase pta. izqª.)

Carm. Pondré mis sinco sentidos.

De que hu presensie m'alegre:
¿veus com al sastre de burros,

––aun la frase me estremese––

una elegante bellesa
sus favores le consede?

Suns. Bellesa? no em fasa riure.
Carm. Quisá alguna li la enveche.
Suns. No será de este veinat,

que en éll hay mucho florete;
comprén el choc?

Carm.  Sí, chicuelas

como ella dijo, soeses.

Suns. Lo que debia fer era

amagarse ahon no la veren.

Carm. Tú et chafes l'escapolari,

y de ella á tú...

Suns.  Ay, só pelele!

Te valor pea ni siquiera
compararme de sent llegües...
Hóme, mírem vosté á mí
desde la planta al rodete,
que pea mirarse s'ha fet
este cós, y el pamet este.
Así no agarren els polvos
ni el cherol, usté me entiende?
El llustre, y el permanent
color d'estes roses fresques,
no es compra en les drogueríes,
ni en casa Tifon el venen.
Del meu percal, en el garbo
que arrambla per ahon paseche,
no hiá ni dos dits de puesto
ahon amagarse pogueren
la guata y el cotó en pel,
que tantes castañes peguen;
porque aquí es todo legítimo,
con canela y rechupete.
A eixe ninot enflocát,
dígali vosté, só mueble,
que en Valensia es ahon se cria
la sal del mundo y el pebre.
Que así, vacha per ahon vacha,
y ahon se chire, vorá sempre
el aire de un cós que priva,
ó el brillo de uns ulls que cremen.
En fi, que en eixe consepte,
presentes ahon se presente,
val mes una valensiana
que sincuanta madrileñes! (Vase foro.)

Carm. Vacha un arranc! se compren,

el despit la mortifica.

 
Escríbame usté otros versos,

digué Corina: oh! ¡la espina
del amor! aquella frase
li agradá molt. En seguida
ne mamprenc uns atres. Vach
á comprar en la botiga
paper, y me'n munte al pórche,
allí la quietut me inspira,
ya tinc l'escomensament
enfilat, vorém cóm lliga...
Te amo tanto! santo, gallo, espanto,
calicanto, barranco.  (Vase foro.)


ESCENA VIII.

Baltasara. por la segunda puerta izquierda, vestida con un lujo exajerado y ridículo. A su tiempo doña Prisca, por la primera puerta izquierda, elegantemente vestida, pero también con alguna exajeracion.

Balt.   Doña Prisca,

cuando quiera que salgamos,
por mi parte ya estoy lista.
Chesús, tinc un ull de poll,
y este calser m'asesina.

Prisca. Dieron las diez?
Balt.  Poco falta.

Amigo, qué elegantísima!

Prisca. Calle usté, si este vestido

ni ponérmelo queria.
Le jubilo, apenas llegue
á Madrid.

Balt.  Pues hase vista.
Prisca. Pst, aquí puede pasar,

pero allá...

Balt.  Yo no sabia

cuál ponerme, el de color
de ponsil ó el de floritas...
Al fin me ha puesto el peor
de todos, yo soy asina...


ESCENA IX.

Dichos, y Corina por la primera puerta izquierda, y luego Chesinto por la derecha.

Cor. Mamá, papá, que no olvides...
Prisca. Tiene razon, le precisa
Balt. tomar algo de aquí á un rato.

Ay, si, la chulla: ¡maldita
memoria! Ferrís! á él mismo
le diré que se la sirva.

 (Doña Prisca se pone al tocador, y se adorna y se mira al espejo).

Ches. Qué vols?
Balt.  Nosotras nos vamos,

ten cuenta de la chullita.

Ches. ¿Ahón vas tú en eixa tramoya

que dus en lo cap? reguitsa.

Balt. Qué no serás catecúmeno!

de la manera que chillas
cuando hablas!

Ches.  Ni la Moma...

 (A doña Prisca, por una cinta que lleva en elpeinado.)

Balt. Me para bien esta sinta?
Prisca. No mal.
Balt.  Se pone usté dálias?

Entonses yo una amarilla
y otra roya. Qué agua es esa?
me agusta la olor que tira.

Prisca. Mil flores.
Balt.  ¿Quiere ponerme

aquí una chorritadita? (En el pañuelo.)

Cor. Mamá, vamos.
Prisca.  Olvidé

allá dentro la mantilla...

Balt. Ferrís, quiéres tú sacármela?
Prisca. Ya está usté bien.
Balt.  En seguida.

una pasada de borla
nada mas.

Ches.  ¡Pues me s'arrima

fluixa emblanquiná!

Balt.  Corriente.
Prisca. Y mi En tout cas?

ESCENA X.

Dichos, y Carmelito por el foro, con un cuadernillo de papel en la mano.

Carm.  Doña Prisca,

se van ustedes? pues creo
que viene aquí una visita.
Lo sosopecho, porque oi

que en la tienda de la esquina

preguntaba un caballero
por ustedes; yo en seguida
me vine para avisarlas...
ya estará en la escalerilla. (Vase foro.)

Prisca. La Pomera es!
Balt.  La Pomera!
Prisca. Torcuato, vístete á prisa.

La Pomera viene.
(A la puerta de la habitacion.)

Balt.  Tú,

el trachet nou...

Ches.  Senta Rita!

yo vach á aborrir les pomes
d'esta feta!
(Vase segunda puerta izquierda.)

Prisca.  Oye tú, niña,

que estés afable.

Cor.  Si fuera

ese hombre capitalista,
como dió á entender, hoy mismo
de Arturo me vengaria.


ESCENA XI.

Dichos, y La Pomera por el foro, y despues Don Torcuato por la izquierda.

Pom. Dan ustedes su permiso?
Prisca. Adelante.
Pom.  Bienvenidas,

señoras!

Prisca.  Estamos ya

en Valencia cuatro dias.

Pom. Mis negocios me han tenido

una semana en Alcira:
anoche llegué.

Prisca.  Torcuato

le puso á usté dos letritas...

Pom. Los negocios... á los piés

de usted.

Prisca.  Está resentida.
Cor. No digas eso, mamá.
Torc. Ya pareció? hombre, qué dicha!
Pom. Don Torcuato! los negocios...

el negocio...

Balt.  Tomen silla

y asiéntense.

Prisca.  Nuestro am go
La Pomera. (Presentándolo á Baltasara.)
Balt.  Ya tenia

conosimiento de usté;
les oí nombrar...

Prisca.  Mi amiga

doña Baltasara Llongo.

Balt. De Ferrís, que se apellida...
Pom. Tengo el gusto.
Balt.  Tambien yo...

Ferrís, que hay aquí visita.


ESCENA XII.

Dichos, y Chesinto, y á poco el tio Donis por la derecha.

Balt. Mi esposo. (Presentándole.)
Pom.  Celebro mucho...
Ches. Pa mandarme: la familia?...
Balt. Usté tal ves lo conosca

á Ferrís, de nombradía...

Pom. Puede, mas no...
Balt.  El secretario

de Rafel-Buñol.

Pom.  Pero, ¿iban

á salir ustedes?

Prisca.  No:

mas tarde.

Pom.  Es que sentiria...
Prisca. Tome asiento.
Donis.  Pues du pocs

gallardets...

Balt.  Yo y doña Prisca

iremos despues á ver
á la marquesa.

Prisca.  A una amiga.
Donis. Aunque disimulen...
Balt.  Oy!

Yo debo muchas visitas.
He de ver á la cuñada
de aquel diputao de Liria;
te acuerdas?

Ches.  Sí.
Balt.  Y á la esposa

del masero; y á la prima
de aquel... del superviviente
de rentas.

Prisca.  Pues necesita

usté toda la mañana.

Balt. Aquí parese mentira
la gente que una conose,

y toda de campanillas.

Donis. Ustedes que allá en Madrid

tendrán influco, podrian
alcansar... yo soy amigo
de...   (Señalant á Baltasara.)

Prisca.   Bien; y qué solicita?
Donis. A Tano, el del cafetin,

que tambien esta familia
lo conose, le han salido
veintiseis meses y un dia
de presidio, ¿Se'n recorden
vostés? per aquella riña...

Balt. Oy? Chesús! hombre, no salga

usté con esas salidas,
que es de muy mala criansa,
habiendo aquí una visita!

Prisca. Otro rato.
Donis.   Per aixó

no cal...vaya, hasta otra vista.
( Vase foro.)

Balt. Ese hombre está un poco falto,

y á lo mejor desatina.   (A la Pomera.)

Prisca. ¿Y qué me dice usted de bueno,

amiguito?

Pom.   Que me admira

ver del modo que ha engruesado
su esposo!...

Ches.   (Aixó es un llaút...)
Prisca. Pues goza poca salud.
Pom. Caramba!
Torc.   Estoy alarmado.
Pom. Pues las trazas...¿qué motivo

tiene?...

Prisca.   Como que desea...
Torc. Es preciso que me vea

hoy mismo un facultativo.
Hombre, acabo de almorzar,
y esta lo puede decir,
no hago mas que concluir
y volveria á empezar.

Pom. Vaya, deje que me ria.
Balt. Diu qu'está enfermo!
Torc.   No es guasa.
Ches. (Pues podies en ta casa

pasar eixa malaltia.)

Pom. Que desesperado se halle,

cuando de salú es indicio...
Tal vez el mucho ejercicio...

Torc. Aun no he salido á la calle.
Pom. Y ustedes?...
Prisca.  Si en nuestro obsequio

no acude aquí, nos lucimos!
Ayer corrimos y vimos...

Balt. Hasta el dragon del Colequio.
Prisca. La féria, el mar, la Florida.
Balt. Todo.
Ches.  Encara m'acobarde.
Pom. ¿Asistirán esta tarde

ustedes á la corrida?

Prisca. A los toros?
Torc.  Es verdad!
Prisca. Iremos con Baltasara.
Torc. Yo tambien.
Balt.  Bueno.
Ches.  (La cara

crec que me s'ha trasmudat!)
La cuadrilla, me reselo
que no es gran cosa. Lo dijo...

Pom. Hombre, si mata Frascuelo!
Torc. De veras?
Pom.  Y Lagartijo.
Ches. Es flojo el ganao.
Pom.  Me pasmo

de oirle á usté desbarrar.
Los toros del Colmenar?...

Prisca. Del Colmenar?
Torc.  Me entusiasmo!
Ches. A veses hay quien alaba...
Pom. Qué terco!
Balt.  Ferrís, ya ofendes.

En las cosas que no entiendes
no sé por qué metes faba.

Pom. Tienen palco?
Prisca.  Usté ha pedido?

(A Baltasara.)

Balt. Yo, como nada desian...
Pom. Pues si al instante no envian,

ni un billete de tendido
alcanzarán.

Torc.  Malos moros!...
Prisca. Bueno fuera!...
Balt.  Me ataranto!...
Cor. Ay, Baltasara! ¡los toros

que me gustan á mi tanto!

Pom. Ofrecerles yo quisiera...
Prisca. Gracias.
Pom.  La verdad, lo siento!
solo encargué una barrera...
Balt. Ferrís irá en un momento.
Marcha, Ferrís.
Ches.  Yo? señores,
si en la reja no hay.
Prisca.  Qué apuros!
Pom. Bien, pero á dos y tres duros
tendrán los revendedores.
Ches. Eso seria un derroche!
Torc. Aunque se haga un sacrificio!
Ches. Hombre, si á usté el ejersisio
le hase mal.
Torc.  Se toma un coche.
Balt. Marcha, Ferrís.
Ches.  Me asesina!
de esta es quedem sinse llum!
Ay!... (Abre el armario.)
Cotorra  Apunten, fuego, run!...
(Amenaza á la cotorra, que dá un chillido.)
Ches. Ma que te mate, cochina!
Prisca. Dios mio! (Levántandose todos.)
Balt.  Aixó qué's?
Prisca.  Qué le hizo
á mi pequeña...
Ches.  No es nada.
Prisca. Se ha quejado!
Balt.  Ves aspasio!
Prisca. Le aborrece á usté y se pasma;
ven; aquí sobre la mesa
estarás mejor. Caramba,
aun tiemblo del susto!
Ches.  Un dia
acabe per degollarla. (Vase foro.)

ESCENA XIII.

Dichos, menos Chesinto.

Torc. Con que usté tan ocupado?...
Prisca. Prospera mucho la casa?
Pom. Los negocios, el negocio,

como se hace en grande escala...

Torc. La época es favorable.
Pom. Sí, se vende; se despacha
mucho género; el negocio...
Prisca. Corina á veces se enfada
cuando nos escribe usté.
Cor. Mamá...
Prisca.  Dice que las cartas
son muy lacónicas; pero, hija,
no ves que el tiempo le falta…
Quisiera que sus epístolas
llenasen las cuatro caras.
El interés…
Torc.   El afan…
Pom. Pues á pesar de tal ánsia,
sospecho que soy juguete…
Pris.Torc. Cómo?

ESCENA XIV.

Dichos, y Carmelito por el foro, con un papel en la mano.

Carm.   Per ninguna banda
puc pegarli; es consonant
difísil. «Oye esta estrofa,
que aunque soy de baja estofa»,
estofa, no; me rebaixa…
Estrofa, mona, garrofa.
Tampoc sé cóm aplicarla
la garrofa.
Balt.   Carmelito,
asércate, qué hases?
Carm.   Nada.
Balt. Has emprendido otros versos?
son désimas lo que sacas?
Torc. Usté compró los cigarros?
Carm. Aquí están: no me acordaba.
Prisca. Ofende usted á Corina,
suponiendo que le engaña.
Carm. Qué diu?
Torc.    Dice bien mi esposa.
Pom. Yo esplicaré…
Prisca.   Eso es tratarla
de frívola, de coqueta…
Torc. Tiene usté un fósforo?
(A Carmelito, que estará á su lado, oyendo con
mucho interés, el cual le dá un fósforo.
)
Prisca.    Vaya,
esplíquense.
Pom.   Cierto pollo
que esta calle paseaba
cuando vine, y por ustedes
me oyó preguntar…
Balt.   Qué gábula!…
Pom. Llegóse á mí, y segun él
me esplicó en breves palabras…
Cor. ¡Qué calumnia tan grosera,
mamá!
Prisca.  Niña!
Torc.  Usté nos falta,

caballero.

Carm.  Eterno Dios!
Balt. No entenc eixa guilindaina.
Cor. Arturo que me persigue

desde Madrid, y en venganza
del rigor con que le trato,
habrá urdido mil patrañas.

Torc. ¿Aquel títere á quien yo

le sacudí?...

Prisca.  ¿Vé usté clara

la inocencia de mi hija?
Ella misma, ingénua y franca...

Cor. Pérfido!
Prisca.  Lloras?
Pom.  Corina...
Torc. Tontuela...
Prisca.  Solo faltaba

que le diese la congoja.
Por favor, un poco de agua. (A Baltasara.)

Balt. No res, quín descubriment'.

espérat no li la traga...
(Vase segunda derecha.)


ESCENA XV.

Dichos, menos Baltasara.

Carm. Ni que aquí media dosena

de puñales me clavaran,
sentiria el pecho mas
estertor! (Señalándose el pecho.)

Cor.  Aparte usté,

nunca...

Carm.  Le dá carabasa!

respiro!

Prisca.  Tiene carácter.
Pom. Las apariencias engañan.
Torc. Ligereza fué, mas debe

el cariño disculparla.
Niña, el señor La Pomera
te ruega olvides su falta.

Cor. No, papá.
Prisca.  Tiene carácter.
Pom. A tal desaire...
Torc.  Ya basta.

Me comprometí; lo mando,

y con el señor te casas.

Un fósforo.

  (Carmelito, que arrebatado, le dá con el puño
  en el vientre.)

Carm.   Mónstruo, impío!
Torc. Ay! Bárbaro!
Prisca.   Vírgen santa!
Cor. Papá.
Pom.   Qué le dió?...
Prisca.   Torcuato!
Torc. En el abdómen!
Pom.   Qué ráfaga?...
Prisca. Pero esa agresion?...
Carm.   Dispensen.
Cor. Ya me esplico...
Carm.   Negra, opaca,

me pasó por el selebro
una... boira.

Torc.   Pues me agrada

la boira.

Prisca.   Qué atrocidad!
Carm. Deguí alfondarli la pancha.
Prisca. Pase usté á mi gabinete,

porque hoy esto es un jaula.

Torc. Dices bien.
Prisca.   Ya me disgusta.

(Vánse primera izquierda.)


ESCENA XVI.

Carmelito, Chesinto despues foro.

Carm. Se vá, qué inícuas entrañas!

Se vá sin darme un adios,
ni siquiera una mirada!
Vé mi desespero, y ella
se queda fresca y losana,
igual que una cama roja!
Ay, quisiera verter lágrimas.

Ches. Sinc duros de cuatre entraes!

Vinc bramant com una fiera;
si asó s'allarga, esta chent
en camisola mos deixa.
Ahón está ta mare?

Carm.   Ay, padre!

La Pomera! La Pomera!..

Ches. No el nomenes, pues tinc pór

que me'n ixca una en l'asquena.
Tráure el bóus á relluir

eixe...
Carm.  Me arde la cabesa!
Ches. Qué dius?
Carm.  Padre, esa mujer

me ha marchitado, me seca.
Soy un arbusto sin hojas,
una flor mustia.

Ches.  Só bestia,

ma que si agarre el bastó
te desfás una costella.
Vínem en flors... Cuant me chire
y vech l'armariet tinc febra.
Pronte dirán; y tan pronte,
adios, última peseta!
Ya no'n queden! ya no'n queden!
ya está com una patena.
(Vase segunda izquierda.)


ESCENA XVII.

Carmelito solo, mirando á la primera izquierda.

Carm. Qué'stic mirant! cariñosa

li dona la ma, éll la estrecha...
Condenasion! y sus padres
hasiendo el non sabo, ¡dejan
que se la bese! Ahora ya
no puedo con mi existensia.
(Dirigiéndose á la mesa, donde está el arma-
 rio, abre un cajon y saca una pistola.)
La vida me es imposible!
Así está la pistoleta.
Li escriuré un adios en vers...
no; que no entendrá la lletra,
y si entropese en ú deixos
consonants que tanto cuestan,
ni d'así al estiu que vé
me mate. (Empuñando la pistola.)
 El pulso me tiembla.
Arma horrible! en un instante
acabarás con mis penas.
Si no m'hagueren pelat
li deixaria una mecha
en memoria... Pero en fí,
valor. No tiembles, muñeca...
sentiria allastimarme,
parese que me arrepienta.

Cotorra. Apunten, fuego, run!...
Carm.  Ah!
(Al movimiento que hace Carmelito, á la voz de la cotorra, se dispara a la pistola y mata á aquella.)
Se dispará ella mateixa,
¿ó estaré yo mort de veres
y no eu conec?

ESCENA XVIII.

Carmelito, doña Prisca, D. Torcuato y La Pomera, por la puerta de su habitación. Baltasara y Chesinto, por la segunda izquierda; despues Donis y Sunsion, por el foro.

Torc.  Baltasara!
Balt. Quí ha disparat l'arma eixa?
Ches. Parla; fóres tú?
Carm.  No aserte...
Balt. Es que chuabes en ella?
Donis. Ha sonat así eixe tir?
Suns. Qué ha pasat?
Ches.  Hóme, reventa!
Suns. Pero, qué ha segut, Carmelo?
Estás ferit? mare meua!
Carm. No, al tocarla se'scapá
el tir.
Cor.  Vaya una imprudencia!
Suns. Respire.
Prisca.  A no estar demente!
Cor. Te dije que su cabeza...
Carm. Indiferent al perill
que corregui, eixa coqueta
me reconvé; quisá es burla
mentres Sunsion se interesa.
Sért qu'estaba loco!
Prisca.  Horror!
Prisca. Muerta mi cotorra, muerta.
Balt. Qué diu?
Cor.  Cielos!
Carm.  Pues ahora
lo veo.
Ches.  Pero, no alena?
Hóme, cuánt m'alegre.
Prisca.  Vándalo!
Cor. Pobre animalito!
Prisca.  Yerta!
Traidor! asesino!
Torc.  Prisca!
Balt. No lo ha hecho á cosa hecha.
Balt. Fué una desgrasia, y mas vale

que le haya tocado á ella;
al fin es un animal
como ustés ven.

Prisca.   Ya quisiera

tener su chispa ese imbécil.

Carm. Yo imbésil?
Balt.  Sapia y entienda,

que á mi ya me vá rustiendo
usté con sus indirectas.

Prisca. Oiga, basta: las personas

de mi clase no vocean.

Suns. No es tan alta, pues Arturo

bien le ha dicho á la coenta
d'ahí enfront, que allá en Madrid
ustedes son pupileras
y tienen casa de costas.

Balt. Cóm!
Prisca.  Qué dice?
Suns.  Como suena.
Prisca. Torcuato, á ese botarate

rómpele cuando le veas...
Despues de lo acontecido
es ya inútil... de Valencia
marchamos hoy mismo; si algo
se debe, aquí La Pomera,
mi futuro yerno, á ustedes
abonará.

Pom.  Santa Tecla!

bonito negocio!

Suns.  Eixe es

l'amo de la botigueta
del mico!

Pom.  Y qué?
Balt.  Sí? pues vaya

un comersiante d'espenta.
Allá per la Escolapia
creo que tiene la tienda.

Pom. Los negocios... el negocio.

Nos veremos, tengo priesa. (Despidiéndose.)

Ches. En quin gust li donaria

pea pomes á la Pomera.

Cor. Mamá, la disecaremos?
Prisca. Tanto que hablaba mi prenda.
Ches. Tin; apunten, fuego, run!...

no t'has endut mala ñespla.

Prisca. Arreglad pronto los cofres.
Balt. No se agoníen ni tengan...

á ustés nadie los despide.

Prisca. Se agradece.  (Vánse primera izquierda.)
Torc.   Y mis chuletas?

ESCENA ULTIMA.

Carmelo, Sunsion, Baltasara, Chesinto y Donis.

Carm. Sunsion, miram als teus péus,

confese la falta meua. (Achenollat.)

Suns. Carmelo, mira que soy

mujer de muy baja esfera.

Carm. Més que d'eixa casquivana

val del teu cór la noblea.

Suns. Sigues manco romansero.
Carm. Y tú un póc mes modoseta.
Balt. Quin mico s'ham emportat.
Ches. Per tindre tú la mollera

plena de fum.

Donis.  ¿Li pareix

que en una friambrereta
uns mollets frechits?...

Ches.  A est'hóme

no se li'n vá may la idea.

Donis. El verenar no el perdone.
Ches. Deixe que recontravenga

estes entraes. Quíns sinc duros!

Carm. Demá anirem.
Balt.  Huí mateixa.
Donis Ches.Carm. Bien.
Balt.  Peguém un estallit,

(Señalando á Donis.)
y que ómpliga eixe hóme el pap,
ya que n'ham eixit al cap
dels forasters de Madrit.