Maria.
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«El rumor de las fuentes, el perfume de las flores, la Primavera que había llegado triunfal, ¡todo! decía: ¡Amad! ¡¡Amad!! Y Florentina, entrégandose en brazos del Niño Amor...» (Fastidiada). Y sigue la raya negra de mi profesora que me deja sin saber qué hacía Florentina en brazos de ese Niño. (Fen un gesto de desesperasió). ¡Ay, Jesús!
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JOSE, que ha entrat prou a temps per a dir, tot emosionat de alegría, la frase «¡María!», de manera que entre els dos diguen tot seguit: «¡Jesús, María, José!»
Maria.
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(Un gesto de alegría y rubor). ¡José!
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Jose.
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¿Has descansat, cosineta?
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Jose.
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¡Ay, yo no! (Un silensi difícil perque José volguera dir més, pero no se atrevix).
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Maria.
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¿Estabes... estudiant?
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Jose.
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L'agricultura pera aprobarla en Setembre. ¡L'afisió!
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Maria.
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¡Ah, l'agricultura que't premiaren en Mayo!... Sí... El Administraor escribí dient que «tus estudios de agricultura se habían visto coronados por una soberbia calabaza...»
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Jose.
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¡Ah, sí! Sí. No m'en recordaba... ¿Y el teu llibre es interesant?
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Maria.
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Oh, moltísim. L'ha fet interesant Miss Chulia tachant renglons. Mira: (Llechint). «Amaneció, cantó el gallo...» Ara ralla negra. «Pasión, pasión, cantó Florentina». Ralla. «Amaneció en mi corazón», y entre les ra-
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