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prengué quatre ó cinch números de un munt de periódichs de Modas y enretirant la taula que li havia servit de lavabo, obrí 'l balcó, descorregué un xich la cortina y prenent una cadira que apoyá en los ferros de la barana, comensá tot gronxanse á regirar las planas de figurins. Una vegada vistos los dibuixos, la Clarita doná una mirada al text, detenintse en la crónica de París, que amenament escrita y salpicada de noticias interessants de las senyoras més en boga en lo gran mon francés, hi apareixian municiosament relatadas las innovacions en los usos y costums de una societat, que al véurela descrita en sas espléndides festas per los revisters de salons, ab l' aditament de trajos y mobiliaris, apareixían als ulls de la llegidora com lo Non plus ultra de la felicitat femenina. La Clarita se detingué en la lectura dels següents párrafos:

La vida del campo sigue siendo la que durante el actual verano hacen con gran satisfacción las familias mas distinguidas y por tanto lo que preocupa é interesa á la «Crónica.»

Todos los atractivos, todas las diversiones que entretienen el tiempo de los afortunados seres cuya misión es gozar, todos los encantos de la vida de los salones, transportados al espléndido escenario de la Naturalesa, amenizan las horas que se pasan en los castillos, en los parques, en los bosques, donde, como ya he dicho, la caza parece ser este año el «sport» predilecto de las señoras.