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1868

Contestació de Teodor Llorente al comentari anterior, Las Provincias, 25 d’agost:

No tiene razón «La Montaña de Montserrat» al proponer que dejemos de llamar á nuestra lengua materna con el nombre que nuestros padres le han dado y que nosostros seguimos dándole […]. ¿Y qué motivos tan poderosos existen para rechazar el adjetivo «lemosín» y sustituirle con otro? «La Montaña» parece que lo considere denigrante […]. No encontramos el motivo de esa asimilación […]. Sometámonos al legislador supremo de los idiomas, y con tanta mayor razón en este caso, cuanto que habría grandes dificultades para cambiar el nombre á nuestra lengua. Consta esta de tres ramas, cada una de las cuales tiene su nombre especial, lengua catalana, lengua valenciana y lengua mallorquina ¿Cómo llamaremos al conjunto, á la matriz?. «La Montaña» dice que le es igual que se le dé cualquiera de estos nombres, pero no usa mas que uno, el de lengua catalana. ¿Admitirán este nombre los valencianos y mallorquines? No, porque además de repugnarles esa supremacía que otros se atribuyen, no pueden consentir que se confunda con el dialecto catalán, el suyo, que es distinto […]

1878

Constantí Llombart, Excel·lències de la llengua Llemosina. Discurs panegirich llegit en la solemne sesió inaugurativa de Lo Rat Penat. València:

No, valencians, no és morta nostra expressiva llengua llemosina, com los seus malhavirats inimichs semblava desijaven, gràcies als generosos esforços de nostres germans de Catalunya y les illes Mallorques […]. En la mateixa llengua fonch criat en Montpeller, y parlà nostre molt alt e invicte Rey En Jaume. Ab ella escrigué, a imitació de Juli Cèsar, ses conquestes y a imitació dels romans la introduhí ab la sua religió en les Mallorques, y en València y son antich regne al conquestar-los. […] la llemosina llengua fonch la cortesana ab que en Aragó, València y Catalunya, los reys parlaven […];
dissentint aquesta llengua en los tres amunt citats dominis, sols en alguna que atra petita variació, ya en la manera de pronunciar-se, ya en la adopció d’algunes veus originàries, insignificants diferències molt menys notables si es vol encara, que les que el castellà sofrix en les diverses províncies hon se parla. Sempre ademés s’ha observat que en los confins d’Aragó, València y Catalunya, s’ha parlat ab mes correctitud y puretat que en lo mateix interior dels propis nostra llengua.

1887

Constantí Llombart, «Ensayo de ortografía lemosino-valenciana», dins Josep Escrig, Diccionario valenciano-castellano, València, p. XVII:

Partiendo de este principio, siempre hemos creído lo más conducente a nuestro fin, establecer una doble división de lugar y tiempo en nuestra lengua que, sin duda, para su porvenir daría excelentes resultados prácticos. La primera de ellas, es decir, la que al