veces el Señor ejercia sobre sus feudatarios beneficiados. Aquí el Conde Alarcos es un ejemplo de ello, y de que tal vez en algunos próceres, especialmente en España, se sacrificaba mucho á la fidelidad de los monarcas. La supersticion de los emplazamientos ante el juicio de Dios, que era comun en los siglos medios, y en particular en la época de nuestro Fernando IV, dicho el emplazado, ó su recuerdo debió influir mucho en el poeta para la catástrofe de su romance; el cual es uno de los que ofrecen situaciones mas tiernas y patéticas, por mas que inverosímiles parezcan los medios de alcanzarlas. La misma ruda é inartificiosa sencillez con que están espresadas, contribuye á que resuenen mas y mas en lo íntimo del corazon. Lope de Vega formó con esta fábula su interesante comedia de La fuerza lastimosa; y Guillen de Castro y Mirademescua, cada uno por su parte escribieron un drama intitulado El Conde Alarcos.
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